
Monday, July 14, 2025
La educación me salvó
Hubo un día que entre todas las voces silenciosas en el que alguien quiso ver, mi profesor de historia: Emanuel Benigni, me prestó una revista llamada "Chispa" con el relato del caso de Romina Tejerina, y despertó en mí una ira reprimida y el deseo de romper las cadenas de una sumisión heredada, impuesta por una iglesia que quiso callar mi verdad, romper mi cuerpo y asesinar mi alma.
Fue en ese instante, en ese encuentro entre palabras y miradas, que comprendí que la educación no era solo libros y aulas, sino la llave para defender mi integridad,para reclamar el derecho sagrado de habitar mi piel sin miedo,
sin silencio y sin resignación.
Estudiar se volvió mi acto de rebeldía y sanación, un camino de luz entre la oscuridad que me quiso aprisionar.
Cada mérito académico no fue solo un logro, sino una victoria sobre el pasado que intentó doblegarme.
Muchas veces la voz se pierde en el eco de la opresión, pero la educación me dio una daga para defenderme, una voz que oficio de escudo para reinvindicar mi derecho, la universidad es mi refugio y la educacion mi bandera.
Y aunque el dolor sigue presente, la luz que brotó de aquella "chispa" me guió hacia la libertad, hacia la justicia que merezco y a aquellos que quisieron romper conmigo, como han querido romper con tantos (no soy ningún caso especial) , a ellos la revista chispa los prendio fuego en la hoguera que ya no quema mujeres como brujas por defenderse, sino que quema los relatos dados.
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